Las historias de mafiosos y hampones siempre han sonado atractivas para los directores de cine. Su historias llenas de violencia y redención son el atractivo de un estilo que considerado de culto.
Por: Alan Caballero
A fines de los años 20´s y comienzos de los años 30´s, cuando Al Capone reinaba en Chicago y Estados Unidos se reponía del Crack del 29, estudios cinematográficos como Paramount y Universal vieron en la historia de los mafiosos una oportunidad para repuntar sus decaidas cuentas, es así como en 1930 se estrena Cara Cortada (Scareface) dirigida por Howard Hawks donde Paul Muni interpreta a Tony Camonte, un joven italo americano que se vuelve en poco tiempo el jefe de la familia criminal Genovese en Nueva York. Esta película es la pionera en el genero, no solo por mostrar algo que hasta ese entonces era un completo misterio, si no que reflejaba la realidad que vivían los americanos de aquella época con una historia cruda y violenta.
La delincuencia siempre ha fascinado a directores como Brian De Palma o Martin Scorsese, que en sus obra tratan de reflejar algo mas que un simple ladrón siendo perseguido por el policía, ellos ahondan en la historia y te muestran como es el mundo que rodea a los gangsters, como se conforman estos círculos concentricos que muy pocos son los privilegiados de poder ingresar. Una mención aparte merece Francis Ford Coppola ,que de la mano de su amigo, el escritor Mario Puzzo, llevaron a la pantalla grande una de las historias de mafia mas recordadas de todos los tiempos, El padrino.
Coppola siempre tuvo en mente contar una historia sobre gangsters, pero el no quería que sea la clásica historia de chico bueno contra chico malo, es ahí donde aparece la imagen de Mario Puzzo, el escribió un libro sobre una familia italoamericana afincada en la ciudad de Nueva York, donde el padre era el mandamas de la ciudad por su diversas conexiones políticas y sociales. Cuando Coppola termino de leer el libro de Puzoo lo llamo de inmediato para escribir juntos el libreto. Presentaron el guion a los estudios Warner, pero lo rechazaron de inmediato por considerarlo ofensivo y violento, lo mismo ocurrió con la MGM que no quiso apostar por una película que estereotipaba a un sector de la población americana.
Finalmente Paramount se arriesgo con el proyecto y dio el visto bueno a una de las películas que marcaría un antes y un después en la historia del cine. Y es que siempre ha sido difícil construir esta clase de historias por la sensibilidad que se toca, en muchas ocasiones fuerte, y por los temas que son tratados de manera muy cruda y directa.
Y es que existe algo romántico que resulta atractivo en la historia del ser que es visto como el antagonista, es como si por una vez en la vida el malo si gana. En estas películas debo decir que no existe un malo o bueno definido, aquí los roles cambian con el desarrollo de la historia, es asi que tenemos casos como el de Goodfellas, donde el protagonista ,Henry Hill (intepretado por Ray Liotta), busca superarse a si mismo haciendo el bien, pero mientras transcurre la trama se ve como el personaje se corrompe y deja de lado sus principios y moralidades para obtener lo que se propone.
Muchos afirman que este genero promueve la violencia y mas que cine es una apología a los malhechores. Pues yo opino lo contrario debido a que en todas las películas el protagonista siempre tiene dos caminos, la cárcel o el cementerio. El hecho que existan delincuentes (como ejemplo Gerald Oropeza o como se hacia llamar "Tony Montana") que se hallan visto fascinados por este tipo de películas no quiere decir que el mensaje de estas sea que mañana todos salgamos a las calles a robar y matar.
En fin, este siempre sera un genero de extremos, blanco y negro donde los grises no existen, a algunos les gustara y a otros no, pero si de algo estoy seguro es que mientras exista violencia en las calles y las autoridades no se encarguen de poner mano dura en ese aspecto las historias policíacas seguirán nutriendo al cine de mafia como lo ha hecho desde siempre.
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