Esta semana se estrena “Había una vez en Hollywood”, el noveno largometraje Quentin Tarantino.
Por: Alan Caballero
Esta semana marca el regreso de Quentin Tarantino a las salas de cine con “Once Upon a Time in Hollywood” (Había una vez en Hollywood en Latinoamérica), cinta en la que el director italoamericano nos traslada al Hollywood de comienzos de los sesentas para retratar el impacto de los ataques de “La familia Manson” en la industria cinematográfica de la época.
Siendo fiel a su estilo vehemente y satirico, Tarantino, no se despega de esa esencia que poseen muchos de sus trabajos, la relación entre violencia y redención, esa la lucha constante por un ideal. Basta con dar un vistazo a Pulp Fiction y ver como Jules Winfield (Samuel L. Jackson) da ese monólogo bíblico antes de matar a una de sus víctimas, por más de ser un asesino es un tipo con convicciones y con un propósito bien planteado.
Como decía Hemingway “la violencia es una herramienta tan sublime que muy pocos saben llevarla al campo de las artes”, Tarantino es uno de esos tocados que sabe usar perfectamente la violencia sin caer en la vulgaridad llevándola a niveles sofisticados. En el universo tarantiniano se viajar de una escena lenta y delicada a una llena acción lo que da la sensación de estar en una montaña rusa de emociones.
En esta última entrega el director oriundo de Tennessee busca que sean sus personajes los que cuenten las historia y que a su vez se mimeticen en este mundo, para ello cuenta con dos actores experimentados con los que ya compartió créditos como lo son Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, actores que en su momento tuvieron diferencias con Tarantino, además de la gran participación de Al Pacino.
Tarantino es uno de esos directores que causa mucha expectativa cada vez que va estrenar una de sus obras y solo queda esperar hasta este viernes e ir a las salas y comprobar lo que el buen Quentin tiene para nosotros sus espectadores.
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