Pastilla para tratamiento de las úlceras es empleado como método abortivo.
Pocos temas son tan polémicos como el aborto. El código penal peruano sólo prohíbe el aborto cuando la vida de la madre corre peligro, a diferencia de otros países latinoamericanos tales como Brasil, Argentina y Uruguay que presentan una posición más liberal.
Actualmente existen más de 370.000 mujeres peruanas que abortan clandestinamente cada año, según afirmó la organización no gubernamental (ONG) peruana Flora Tristán. Sólo un 17% de las mujeres urbanas y un 3% de las que viven en zonas rurales aborta con un profesional. El resto pone en riesgo su vida, convirtiendo a dicha práctica en la tercera causa de mortalidad materna en el Perú.
Pese a ser ilegal, el aborto clandestino ya forma parte de la vida de los peruanos. 'Atraso menstrual' y 'Solución inmediata', son los mensajes que podemos observar en los carteles puestos en casi todos los postes de la luz de las concurridas avenidas limeñas, sobre todo en zonas cercanas a centros de salud, institutos y universidades.
La publicidad sobre abortos clandestinos es permitida hasta en las redes sociales. En medio de una gran hipocresía social que convierte al aborto clandestino en un gran mercado para la corrupción que pone en peligro la vida de las mujeres peruanas.
Para agravar más la situación, por unos 300 soles se puede acceder a un aborto practicado por un profesional en condiciones aceptables de salubridad. Eso sí, sin anestesia. Para ello, se aconseja a la paciente seguir una 'terapia del dolor' impartida por una enfermera. Por el doble precio, se ofrecen abortos seguros con anestesia general en conocidas clínicas privadas en horarios de escasa afluencia de público.
Existen referencias anecdóticas que indican una alta tasa de complicaciones por aborto entre las mujeres de las zonas urbano-marginales, que por temor a las consecuencias legales no llegan al hospital a solicitar tratamiento para las complicaciones. Sin embargo la pastilla Cytotec es la más usada en este tipo de prácticas. A pesar que dicho fármaco es usado como tratamiento para úlceras.
La polémica del aborto ha dividido al país. Existen dos corrientes de opinión conocidas como “pro life” y “pro choice”. Por un lado, se encuentran los que creen que el embrión o el feto tienen prioridad sobre las decisiones personales de la mujer y en el otro extremo se encuentran los que privilegian los derechos de la mujer. A decidir por sí misma y qué decisiones tomar con su cuerpo.
Es un debate que parece nunca acabar. Sólo esperemos que no se apague la luz de más mujeres a manos de personas inescrupulosas que sólo aprovechan la situación para generar dinero, sin importar poner en riesgo la vida de los demás.
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