El número de feminicidios en lo que va de este año refleja una realidad devastadora que nos muestra que aún estamos muy lejos de una solución a la violencia de género.
En tan solo los primeros 4 meses del 2019 ya son 50 las mujeres asesinadas en distintos puntos del país.
De esta manera, en lo que respecta a este crimen, a inicios del año está la cantidad de casos ocurridos se había triplicado a comparación del año pasado, lo que parece traer un desalentador pronóstico para lo que resta del año y también, una clara señal de que estamos lejos de tener una solución a este problema.
El 2018 significó un nuevo récord con respecto al número de feminicidios, cerró con 149 casos; desde que estos se empezaron a registrar como tales en el 2009. El año pasado, además, estos crímenes se hicieron notorios no solo por su cantidad, sino también por la forma en la que fueron perpetrados, por la crueldad que muestra el homicida con la víctima y el escaso valor dado a la vida y al mismo amor propio. Resaltan, en ese sentido, los casos de Eyvi Ágreda, Marisol Estela y Rosa Peralta.
Cabe recordar que, en el primer día del año, dos mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas. Posteriormente, la cifra subió a cuatro, a nueve, para hoy ser 50 las víctimas entre enero y abril.
Los medios de comunicación difunden cada semana el incremento de agresiones como si fuera pan de cada día y asesinatos a mujeres, que nos deja una sensación de tristeza y asombro que va ganando terreno entre los peruanos.
No obstante, los casos más terribles no pasan, en muchas ocasiones, de ser la noticia del día. Los rostros, identidades e historias se pierden en la gran cantidad de datos sobre feminicidios que existen en nuestro país
La solución tiene mucho que ver con cómo educamos a las generaciones futuras, a nuestros niños y, sobre todo, cómo logramos que el Estado destierre los estereotipos que colocan a las mujeres en una situación de desventaja, de inferioridad ante el género masculino.
En ese sentido, es necesario que los peruanos erradiquen los prejuicios y nociones erróneas impuestas de masculinidad y femineidad. La mejor medicina ante esta plaga es la lucha constante contra el machismo, que nos deja anualmente con tantas mujeres fallecidas.
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